La lectura, esa gran amiga que nos acompaña a lo largo de la vida. No sé vosotros, pero cuantas veces no me habré refugiado en un buen libro ya sea para olvidarme de los problemas o aunque parezca mentira para afrontarlos.
Un libro es un gran amigo, y esto es algo que creo realmente importante transmitir a lo largo de mi docencia. Es un gran amigo no sólo por el lado emocional, sino también porque ayuda a la expresión tanto escrita como oral y de esto estoy absolutamente convencida. Por ejemplo, cuando dejo de hablar el francés por largo tiempo y noto que lo pierdo siempre escojo lecturas en ese idioma y… ¡bingo! Lo recupero más fácilmente. Por ello creo que transmitir el placer por leer es fundamental, luego cada uno será libre de efectuar la elección que quiera, pero que no sea porque ha sido un mundo escondido o mutilado.
A lo largo de todos los bloques hemos visto estrategias fundamentales para hacerse amigo de los libros, ya sea con una buena elección, una buena adaptación o unas buenas actividades… pero todo esto, no tiene ningún sentido si al maestro no le gusta leer. Es necesario que seamos capaces de transmitir esa pasión, esa ilusión, contagiar a nuestros alumnos de ella. Debemos de huir de las imposiciones, obligaciones…ya crecerán y tendrán muchas de ellas, no hace falta correr… ¡son niños!
No hay derecho a que un niño con 7 años diga que no le gusta el colegio, esto se debe a que los adultos muchas veces son demasiado adultos y se olvidan de tener la energía, las ganas de transmitir lo que saben. Muchas veces nos encontramos con profesores que dicen: no es que no se interesa, es un desastre, no va a llegar a nada…esto para mí es inconcebible, para mí es una persona que no cree en el cambio y no creer en el cambio es indefinible. Es indefinible, porque si no hay cambio, no hay vida, necesitamos evolucionar ya sea como personas, históricamente hablando…
No podemos “condenar” a un niño al fracaso sólo porque nosotros no creamos. Este mismo principio lo aplico a la lectura, como es posible que en una clase de quince alumnos de tercero de primaria pregunte que a quién le gusta leer y sólo DOS contesten que sí. Da igual cuál sea el colegio, o su ubicación…sencillamente esto merece replantearse qué profesores vamos a ser, porque leer es un gran placer que no se puede quitar así (claro que habrán niños a los que no le guste leer, pero 13 de 15 francamente me parece imposible).
Volviendo al tema que nos ocupa, es necesario saber transmitir, y la mejor forma de transmitir es a través del juego ya que es algo innato en los niños, que les divierte y no transmite presión. Os invito a que disfrutéis de un buen cuentacuentos, porque si nosotros como adultos disfrutamos, imaginaros un niño…
Quisiera acabar esta reflexión con una frase del filósofo Sir Francis Bacon: “La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil, y el escribir, preciso.” Por esto mismo es importante la animación a la lectura, para disfrutar no sólo de la lectura en sí, sino también de las demás cosas que nos aporta.
Muy bien. Profundiza un poco más en el papel de el maestro como acompañante del niño en todo el proceso: antes de leer, durante la lectura (para que no se desanima, etc...) y después de leer.
ResponderEliminar