domingo, 15 de enero de 2012

El placer de disfrutar un libro

Una vez que hemos profundizado en la teoría, es hora de que pasemos a la práctica. Lo primero que debemos de saber es que para que a un niño le guste leer es necesario que la lectura sea un juego, no una obligación, tiene que ser divertido, placentero… si conseguimos esto, al niño le gustará leer. Derivado del gusto por la lectura se conseguirá la realización de diversos objetivos importantes como:

-        Se despierta la imaginación y fantasía del niño, al introducirlo en mundos fantásticos o reales, casi siempre desconocidos.
-        Se enriquece su vocabulario, favoreciendo la expresión y comprensión oral y la expresión escrita. - Interviene el factor visual y fijar la ortografía de las palabras.
-        Mejora la elocución del niño, realizando lecturas expresivas, en voz alta.
-        Aumenta su caudal de conocimientos al relacionar las lecturas con otras áreas.
-        Desarrolla la observación del niño, al sentirse atraído por las ilustraciones de la lectura.
-        Comentando lo leído se favorece la conversación y comprensión.
-        A través de la lectura se aprende a estudiar.
-        Descubre la belleza del lenguaje leyendo textos bien seleccionados: narraciones, dramatizaciones, recitaciones...

Como podemos ver, el disfrute de la lectura que conlleva el querer leer más es muy importante no sólo en el área de literatura. Por otro lado, no debemos de olvidar como maestros, que la lectura siempre debe de ser compresiva, ya que si no se comprende probablemente al niño no le guste ya que no gusta lo que no se comprende.
            Por tanto, ¿qué es la animación  a la lectura?
Muchos autores han definido este término, entre ellos podemos destacar a Montserrat Sarto que en su libro “la animación a la lectura para hacer al niño lector” introdujo los conceptos de disfrute, pasión, amor hacia al niño en la labor del mediador entre el libro y el niño. También podemos nombrar a Carmen olivares, que define la animación a la lectura como un acto consciente, realizado para producir un acercamiento afectivo e intelectual hacia un libro concreto para que esto produzca una estimación genérica hacia los libros.
Podríamos nombrar a muchos otros autores y profesionales como Eveline Chameux, mercedes Gómez del Manzano, Paco Abril, Robert Escarpit, Pep Durán… todos ellos aportan matices a la respuesta sobre qué es la animación a lectura.
            En definitiva, podemos decir a modo general que la animación a la lectura es la idea de disfrute, juego, de hacer la lectura para el niño adaptando el lugar, el texto… es captar la atención del niño.

Para realizar una buena animación lectora debemos de saber cuáles son los objetivos a tener en cuenta si queremos que el niño desarrolle una buena habilidad lectora:

-        Despertar el placer por la lectura: este primer objetivo es el primordial ya que es el que está estrechamente unido con la animación lectora.

-        Adquirir nuevos conocimientos: cuánto más se lee, más información se recauda ya sea sobre un tema o sobre experiencias en la vida. Con esto conseguiremos que los niños estén mejor preparados. Cuando efectuemos la elección del libro, no podemos desdeñar el momento evolutivo del niño, por tanto el adquirir nuevos conocimientos debe de estar unido con lo que el niño puede aprender según la etapa en la que esté.

-        Dominar el vocabulario: es necesario que domine el vocabulario usual y fundamental para así desarrollar la comprensión y expresión oral y escrita. Esto supone que el niño descubra lo positivo que puede llegar a ser el lenguaje al descubrir diversas formas de expresarse.

-        Mejorar el autoconcepto del niño: Desarrollar su personalidad. A través de cuentos, poesías infantiles, el niño va ampliando su experiencia y desarrolla su personalidad en el ámbito cognitivo, afectivo….

-        Despertar la imaginación y la fantasía, introduciéndole en otros mundos reales o fantásticos.

-        Automatizar la decodificación de los signos escritos del lenguaje: Letras, sílabas, palabras, signos de puntuación y demás símbolos que conforman la expresión escrita, para conseguir fluidez lectora.

-        Fijar la ortografía de las palabras: Es un hecho comprobado, aquel niño que lee de forma habitual, comete menos faltas de ortografía que el niño lector. Esto se debe a que según se va leyendo la vista "fotografía" las palabras.

-        Aprender a estudiar: No hay ninguna duda que un niño que lee correctamente capta mucho mejor lo que está estudiando que otro niño que lee con dificultad.

-        Describir la belleza del lenguaje: Desarrollando valores estéticos.

Todos estos objetivos, nos ayudan a elegir el libro adecuadamente lo que facilita más adelante una buena animación lectora. Pero estos objetivos también debermos de tenerlos en cuenta cuando realicemos las actividades para la lectura, aunque de esto hablaremos más adelante.

Una vez que tenemos claro el libro la siguiente pregunta es… ¿cómo motivo al niño en la lectura? Para ello debemos de saber que existen diferentes formas de leer o contar un cuento:
-        Cuentos para ser contados: en esta categoría nos encontramos con los cuentacuentos, el teatro de marionetas…
-        Cuentos para ser leídos: en este caso encontraremos cuentos con texto y cuentos con imágenes (estos sólo contienen imágenes y son más adecuados para infantil). En los cuentos con texto, según la edad elegiremos cuentos con más o menos imágenes. Lo ideal cuando leamos un cuento es lo primero conocerlo bien y haberlo leído anteriormente. Debemos de enfatizar la entonación y lo mejor es enseñar el libro mientras se lee.
-        Cuentos con diferentes materiales: usando la globoflexia y la papiroflexia.
-        Cuentos de arena y reflectantes: para los cuentos de arena es necesario conocer la técnica ya que el cuento se transmite mediante la utilización de arena. Los cuentos reflectantes son aquellos que se pueden contar en la oscuridad.
-        Cuentos para ser creados: en este apartado nos encontramos con los cuentos viajeros, aquellos que son creados por los niños y las familias. También encontraremos en este apartado el cuento de los nombres, este consiste en crear una historia utilizando las fotos de los niños.

Pero debemos de tener cuidado, porque el objetivo es la lectura, y como dice Eveline Charmeux, el objetivo no es que los niños disfruten de una lectura de animación, sino que disfruten leyendo.

Hasta ahora hemos comentado los beneficios y lo que debemos de tener en cuenta. Pero… ¿qué  cualidades hacen falta para ser un buen animador a lectura? Teniendo en cuenta que lo importante es el proceso y no la persona en sí destacaremos las siguientes: Paciencia, prudencia, constancia, confianza, rigor, creador de ambientes, planificación, creatividad, respeto, coherencia, modestia, sensibilidad, profesionalidad, psicología y persuasión.
Independientemente de las cualidades que uno debe de tener, creo que es importante saber qué es lo que no debemos hacer para que un niño odie la lectura ya que a veces es más fácil aprender de los errores:

  1. Olvidar lo que el niño sabe cuando le enseñamos a leer.
  2. Enseñar a leer desdeñando la comprensión.
  3. Obligar a leer sin dar tiempo para la lectura libre.
  4. Poner el acento en el descifrado y no en el razonamiento.
  5. El mercantilismo lector: hacer siempre algo después de leer (trabajo, resumen, ficha...).
  6. Enfrentar lectura y TV, videojuegos y ordenadores.
  7. Demonizar los cómics.
  8. Considerar al lector un sujeto pasivo que lee lo que le dice el maestro y como éste le obliga a hacerlo.
  9. Leer en voz alta sin haber dominado y comprendido previamente el texto.
  10. Obligar a leer a todos al mismo ritmo, con la misma entonación y con igual velocidad.
  11. Fundamentalismo lector: leer os hará más libres, mejores personas, soñar, vivir aventuras fantásticas...
  12. Hipocresía adulta: ¿por qué no nos ven leer?
  13. Utilizar materiales de lectura anodinos y complejos.
  14. Desatender el derecho del niño a que le cuenten y le lean.
  15. Olvidar que la narración oral lleva a la pasión lectora.
  16. Privar al niño de la posibilidad de crear y contar sus propias historias y poemas.
  17. Igualar los estómagos lectores («el bebé no come fabada»).
  18. Olvidar que el niño es único e irrepetible.
  19. Imponer nuestros gustos lectores.
  20. Ahogar imaginación infantil con textos e ilustraciones planas
  21. Transformar el libro en elemento de tortura.”
Independientemente de las cualidades que uno debe de tener para ser un buen animador, no sería nada si no se tienen unas ideas básicas de cómo llevar a la práctica una animación lectora:
  • “Debe utilizarse un libro completo, no un fragmento.
  • Debe presentarse el libro: título, autor, ilustrador, traductor, editorial..., adaptando la información a la edad del niño.
  • Después de la lectura del libro, debe haber una puesta en común donde los niños expresen lo que más les ha gustado del libro de forma espontánea, sin que el animador trate de que descubran lo que él ve en el libro.
  • Podemos repetir la animación siempre que utilicemos un libro distinto. No podemos hacer dos animaciones diferentes con el mismo libro.
  • Las animaciones necesitan continuidad, no deben convertirse en algo aislado. Tienen que ser programadas pensando en todo el curso (una al trimestre puede resultar adecuado).
  • Las animaciones serán más efectivas si se comienzan a realizar en los primeros niveles (Educación Infantil) y se siguen realizando a lo largo de toda la Primaria.
  • La animación a la lectura debe ser activa: el niño escucha, lee, juega, observa, se mueve...
  • La animación debe ser participativa: el niño debe ser protagonista. El animador vigilará que todos intervengan, teniendo especial cuidado en la participación de los niños más retraídos.
  • La animación debe ser voluntaria: el niño debe querer participar. Nunca debe convertirse en una actividad más de clase, es algo distinto que tiene que ver más con la diversión y el juego. No debe preocuparnos si al principio no todos los niños leen el libro y participan en la animación. Cuando los niños no lectores vean lo divertido que puede resultar, se irán incorporando a las animaciones. Es normal y conveniente que después de realizada la animación los niños vuelvan a leer el libro de manera voluntaria profundizando en la lectura con las pistas que la animación les ha proporcionado.
  • La animación no es competitiva: no se trata de ganar o perder, no hay notas ni calificaciones. El animador alabará los aciertos, pero quitará importancia a las equivocaciones. Procurará invitar a los niños a ayudar a los compañeros que no sepan.
  • Se pueden realizar en cualquier lugar: biblioteca pública o escolar, aula, hogar...
  • En las animaciones que así lo precisen será necesario que el niño haya leído en su totalidad el libro fijado. El niño lo llevará bien o mal leído, pero con una lectura completa.
  • Es conveniente que los libros elegidos para hacer animaciones tengan un nivel de lectura ligeramente inferior al de los participantes, con el fin de que todos los niños se sientan capaces de leer el libro.”
Esta página corresponde al Proyecto de lectura para centros escolares (PLEC), la sección corresponde al servicio de Orientación de Lectura (SOL).Independiente de los fragmentos seleccionados y expuestos anteriormente, encontraremos diferentes temas vinculados a la animación lectora como puedan ser el valor de la lectura, actividades de animación a la lectura, objetivos que se pretenden conseguir con la animación a la lectura…. Es realmente recomendable visitar esta página a fondo.

A continuación detallaremos qué actividades se deben de hacer para antes de leer, durante la lectura y después de leer.
Cuando hablamos de actividades, no son aquellas de rellenar una ficha o impuestas, ya que esto lo único que puede producir es que el niño lo vea como una obligación y termine aborreciendo la lectura. En todo momento nuestro centro de atención es el niño y por ello deberemos de tener en cuenta sus gustos, aspiraciones….
No debemos de olvidar que en todo el proceso, el ambiente tiene que ser favorable y distendido.

Actividades previas a la lectura: las actividades previas a la lectura, son aquellas que ayudan a introducir el libro que vamos a leer, digamos que es una presentación. Para que las actividades previas a la lectura sean eficientes debemos de tener en cuenta lo siguiente:
-        Dar información sobre lo que van a hacer
-        Relacionarlo con su experiencia anterior
-        Si no recuerdan, o no caen en la cuenta se le ayudará mediante preguntas…
-        Fijarse en los aspectos del texto: ilustraciones, títulos, subtítulos, palabras clave, palabras que no se entiendan……

Una de las estrategias más efectivas es la de realizar predicciones, así el niño se interesa y quiere comprobar si lo que ha dicho va a suceder. Es un elemento que fomenta la curiosidad. Ejemplos de actividades utilizando la predicción:

·         Aprovechando el uso del periódico podemos proponer que después de leer el titular de la noticia tienen que adivinar de qué creen que trata el texto; o leer la noticia y averiguar de qué va a tratar al día siguiente.
·         Esto mismo se puede hacer usando la carátula de un libro, les planteamos de qué creen que va  a tratar el libro.
·         Es importante que se hagan preguntas sobre el texto ya que así hacen uso de sus conocimientos previos sobre el tema y se hacen conscientes de lo que saben y lo que no saben. Para ello podemos usar la predicción de los seis interrogantes: Qué, Quién, Cuándo, Cómo, Dónde, Por qué.


Actividades durante la lectura: como hemos especificado anteriormente los niños son los protagonistas, y no nos servirá de nada decirles cómo han de hacer las cosas mediante un modelo. Por ello es necesario que ellos experimenten y para ello les podemos pedir que formulen hipótesis y que las verifiquen, que seleccionen lo que crean importante…pero realmente, qué pasos hemos de seguir nosotros como maestros para realizar unas buenas actividades durante la lectura. Deberemos de tener en cuenta los siguientes puntos:

1 “Leemos un texto en silencio.
2. Resumimos lo leído para el grupo y solicitamos su acuerdo (por resumir entendemos en este momento exponer brevemente lo leído).
3. Pedimos aclaraciones sobre determinadas dudas que plantea el texto (cuando el niño clarifica ideas está comprobando, preguntándose a sí mismo, si comprendió el texto que acaba de leer; si se autocuestiona, muestra que ha aprendido a formular preguntas pertinentes para ese texto concreto).
4.    Establecemos nuestras predicciones sobre lo que queda por leer (al predecir, el niño establece hipótesis ajustadas y razonables sobre lo que va a encontrarse en el texto, apoyándose para ello en la interpretación que se va construyendo sobre lo que ya se ha leído y sobre su bagaje de conocimientos y experiencias como lector).
5.     Se reinicia el proceso a cargo de otro moderador.”

Independientemente de estos pasos, si queremos la implicación de los niños es aconsejable pedir que formulen preguntas en el aula para que los demás contesten. Es necesario animarles a que planteen sus dudas y confusiones, como maestros el tratamiento del error debe de ser fuente de aprendizaje y no una señal de “mira este que no lo sabe”. También podemos pedir que elaboren resúmenes tanto individuales como en grupo para poder contrastar la información que cada uno ha recibido y poder ampliarla. Por último, la elaboración de debates que supongan una implicación por parte del niño, que tenga que recurrir a sus vivencias y experiencias es también una herramienta muy atractiva que no sólo está ligada a la lectura ya que fomenta la buena comunicación (respetar el turno de palabra…).


Actividades después de la lectura: consisten en estrategias para profundizar sobre la lectura. Es importante que el niño interiorice la historia para así identificarse con los personajes y transformarla en algo suyo a través de las experiencias. Con esto lo que queremos decir es que si se lee bien un libro, cada persona le saca por así decirlo un provecho distinto y esto se debe a que cada uno le ha puesto sus emociones.
Por ello, es importante que se elaboren conclusiones donde los alumnos puedan expresar sus opiniones y lo que han sentido.
Como maestros nunca daremos por hecho que el niño ha entendido la lectura, ya que si lo hacemos así lo más probable es que fracasemos. Indistintamente de lo expuesto anteriormente, en estas actividades es importantes trabajar lo que es la idea principal ya que el niño debe de ser capaz de identificarla.  Para ello, es necesario que expliquemos cual es el concepto de la idea principal y sobre todo conforme vayamos haciendo diferentes actividades, explicar porque se hacen.

Teniendo ya unas pequeñas bases sobre lo que es la animación lectora y las diferentes actividades que se pueden hacer antes, durante y después, ¿Por qué no nos ponemos manos a la obra?

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