Es increíble pensar las vueltas que da la vida, primero la vuelta al mundo en 80 días y ahora es posible hacerlo en 45 días. El mundo está en constante evolución y con él la literatura. A pesar de esto, es sorprendente ver las diferencias existentes entre unos países y otros. La cultura tiene mucho que decir en la evolución de la literatura ya que las modas son distintas en cada país, en unos empieza antes, en otros después. Podemos apreciar grandes diferencias en los sistemas educativos Lo que si me llama la atención es el porcentaje de niños que aborrece la lectura y cuando les pides una explicación la contestación es porque es aburrida.
Como maestros es necesario que nos planteemos como vamos a transmitir algo que sin lugar a duda es uno de los mayores placeres de este mundo. Para ello, debemos olvidarnos de lo que siempre se ha hecho que es mandar un libro, es importante ofrecer una lista y que cada uno elija el que más le guste. Es absurdo obligar a todos a hacer un trabajo sobre un mismo libro, desde luego quizás sea más práctico para el maestro pero no es lo más favorable para el niño. Recuerdo que en mi infancia, en el sistema educativo francés se nos ofrecía una larga lista de libros y visitábamos la biblioteca para verlos y elegirlos. Este sistema es para mí el mejor ya que al no imponer se da la libertad de elegir ya sea por el contenido o los aspectos editoriales. Como todo en educación esto supone un dilema ya que si no te gustan las lentejas unos dirán que es obligatorio y te forzarán a comerlas y otros asegurarán que lo mejor es esperar a que el gusto evolucione.
Por tanto, la labor que tenemos en nuestras manos es muy importante y no podemos minusvalorarla aunque otros lo hagan ya que hoy en día todo el mundo opina y habla sobre educación. No debemos de olvidar que el centro de nuestro trabajo es el niño, y que estudiar, leer… no deben de ser cosas desagradables ya que si es así lo más seguro es que estemos fallando en nuestro trabajo.
Independientemente de la teoría vista en las entradas anteriores, no debemos de olvidarnos de la forma en la que transmitimos, debe de ser activa con mucha energía ya que los niños disponen de ella y si se les hace partícipe esto fomenta su motivación ya que se sienten implicados. Debemos plantearnos cuando queramos proponer un libro una paradoja existente y es que los adultos son los que analizan los libros para niños, pero adultos y niños son diferentes. Por ello, creo que como maestros realizar fichas rellenas por los alumnos es algo esencial ya que la mejor opinión que podemos tener de un libro es la que nos de un niño.
En definitiva, es muy importante no caer en los estereotipos de nuestra sociedad, conocer lo que nos rodea y ser atrevidos, si creemos que algo puede funcionar ¿porqué no hacerlo? Por miedo a los padres, a las instituciones…lógicamente siempre deberemos de tener una base para llevarlo a cabo.
Para terminar incidiré en la importancia del maestro diciendo: “con un buen cohete puedes llegar a las estrellas y descubrir el placer de l vida, pero para ello el cohete debe de estar preparado para los astronautas, y así ellos podrán confiar para emprender ese largo viaje”
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